Estamos acostumbrados a que todos los productos de nuestro entorno tengan varias etiquetas. Muchas de las veces no nos detenemos a revisar la información o sólo tomamos un producto porque nos llamó la atención el diseño. Revisemos lo que es una etiqueta.
¿Qué es una etiqueta?
La etiqueta es un rótulo que es parte del diseño o una extensión del mismo. En ella, se reúne información de interés para el cliente y distribuidores.
Sirve para poder identificar, diferenciar y clasificar los productos; describirlos y conocer cualidades importantes como: la fecha de caducidad, país de origen y riesgos. Todo esto para cumplir con las normas dictadas para cada industria o sector y atraer la atención del cliente.
Es decir, la etiqueta es aquella parte del producto que sirve para transmitir información sobre el mismo y el vendedor; en pocas palabras, todo dato relevante sobre el proceso de suministro, almacenaje y distribución.
Clasificación de las etiquetas
Existen dos clasificaciones principales en los tipos de etiquetas: persuasivas e informativas. Las etiquetas persuasivas que brindan información secundaria al consumidor pues se centran en un logotipo o temas promocionales. Su principal objetivo es captar la atención del cliente.
Las etiquetas informativas están diseñadas para ayudar al cliente a elegir los productos de manera correcta gracias a la información completa y útil que aporta, cumpliendo las leyes vigentes. Un producto puede contener las dos etiquetas.
Subclasificación de la etiqueta
De estas dos clasificaciones principales, se desprenden otras cuatro: En primer lugar, las etiquetas de marca que son utilizadas para resaltar la marca y/o el logo. En segundo lugar, las etiquetas de grado indican la calidad del producto con letras, números o palabras. En tercer lugar, las etiquetas no obligatorias dependen del fabricante o distribuidor, suelen aportar información complementaria y útil sobre la composición y/o propiedades del producto.
Y por último, las etiquetas obligatorias son una disposición gubernamental para garantizar la información correcta y precisa sobre el producto al consumidor, para que pueda realizar una elección racional de consumo, libre de cualquier publicidad engañosa que pueda perjudicar su salud y seguridad.
Se debe resaltar que las etiquetas además de ser útiles en estrategias de marketing, también lo son en el control de producción, inventarios y seguimiento de servicio al cliente. Permiten que las producciones industriales y de manufactura sean óptimas, controladas y continuas.
Esto permite bajar los costos y reducir las mermas; beneficiando al productor y consumidor, porque asegura la calidad del producto, la correcta identificación y atención ante cualquier problema que pueda suscitarse con el producto; debido a que se cuenta con el historial de fabricación y almacenaje que se logra con las etiquetas RFID, por ejemplo.
Conclusiones
Existen diferentes tipos de etiquetas de varios materiales, adhesivos y diseños. Deben ser buenos para asegurar su calidad; evitar que se despeguen, que la información se borre, que cumpla con las regulaciones de cada país y que sea atractivo para el usuario. Por eso se deben saber elegir los materiales y adhesivos que se ajusten al producto, según las exigencias de su producción y uso.
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