Violencia laboral: la forma invisible de una realidad cotidiana
Cuando escuchamos la palabra violencia, solemos imaginar agresiones físicas o actos extremos que atentan contra la integridad de las personas. Sin embargo, existe una forma más silenciosa, persistente y cercana a nuestra vida diaria: la violencia laboral.
Un fenómeno que, aunque muchas veces pasa desapercibido, tiene un profundo impacto en la salud emocional, el bienestar y la productividad de quienes lo padecen.
¿Qué es la violencia laboral según la OIT?
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la violencia laboral como:
El daño directo o indirecto que una o varias personas pueden ocasionar a otra, o incluso eliminarla del trabajo, forzándola a renunciar
Este concepto se formaliza en el Convenio 190 de la OIT, el primer tratado internacional que aborda de manera específica la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
En México, este convenio entró en vigor en 2023, marcando un avance significativo al establecer la obligación de prevenir, atender y reparar las conductas que vulneren la integridad de las personas trabajadoras.
Un enfoque integral e inclusivo
Con la adopción del Convenio 190, el Estado mexicano impulsa una visión integral, inclusiva y con perspectiva de género.
Este instrumento define la violencia y el acoso laboral como:
“El conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o de amenazas de tales comportamientos, ya sea que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tengan por objetivo, causen o sean susceptibles de causar un daño físico, psicológico, sexual o económico. Incluye la violencia y el acoso por razón de género.”
Esta definición reconoce que los entornos de trabajo deben proteger no solo la integridad física, sino también la dignidad y el bienestar emocional de todas las personas.
Violencia y acoso por razón de género
El convenio pone especial atención en las manifestaciones de violencia de género, entendidas como:
“La violencia y el acoso dirigidos contra las personas por razón de su sexo o género, o que afectan de manera desproporcionada a personas de un sexo o género determinado, e incluye el acoso sexual.”
Este enfoque busca erradicar prácticas que, aunque normalizadas por años, reproducen desigualdades y dañan la convivencia laboral. La igualdad y el respeto no pueden existir en entornos donde la discriminación o el abuso persisten, ya sea de forma directa o estructural.
Reconocimiento de grupos en situación de vulnerabilidad
El Convenio 190 amplía su alcance al reconocer los derechos de grupos históricamente vulnerables: pueblos indígenas, personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGBTIQ+, trabajadores migrantes y quienes sufren discriminación por raza, color, origen o ascendencia.
Con ello, reafirma un principio esencial: todo trabajo debe realizarse en un entorno libre de violencia, sin importar la condición, identidad o procedencia de la persona.
Nuestro compromiso en Identilabel
En Identilabel, creemos que la cultura laboral se construye desde el respeto, la empatía y la acción ética.
Por eso, hemos adoptado los principios del Convenio 190 como parte esencial de nuestra práctica organizacional.
Nuestro compromiso es claro:
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Respetar y promover el derecho de cada persona a un entorno laboral libre de violencia y acoso.
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Garantizar una gestión basada en la inclusión, la equidad y la perspectiva de género.
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Fomentar espacios donde la seguridad emocional y la dignidad sean valores no negociables.
Porque sabemos que el verdadero progreso se construye cuando cada persona puede desarrollarse plenamente, en un espacio donde el respeto es la base de todas las relaciones.

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