Existen una gran variedad de materiales para la elaboración de etiquetas dependiendo del uso y las condiciones a las que estará expuesto nuestro producto. Las etiquetas de fibras o de la familia de los papeles solemos categorizarlas en dos: papel y cartulina. A continuación hablaremos de los 2 tipos de cartulina más usados para etiquetas.

¿Cuál es la diferencia entre el papel y la cartulina?

Podemos definir al papel como una delgada lámina a base de pulpa de celulosa que se obtiene de fibras vegetales. Las cuales se unen entre sí gracias a un puente de hidrógeno, formando uniones fuertes y estables. La cartulina por otra parte se identifica como un papel más grueso; lo que significa que contiene más fibras que lo vuelven más resistente. Generalmente se considera cartulina cuando tiene un gramaje mayor a 200 g/m².

La principal diferencia entre un papel y la cartulina, es el grosor. Aunque aún no hay un consenso establecido para poder identificarlos con precisión, por lo general, se consideran cartulinas las hojas con un peso entre los 200 g/m² a los 500 g/m². Hemos mencionado la distinción del grosor por peso; pero en la industria, el grosor de las cartulinas suelen expresarse comúnmente en puntos. 

En la impresión flexográfica, el sustrato pasa por medio de rodillos en las diferentes estaciones; el material debe tener cierta flexibilidad y no debe ser tan robusto para evitar inconvenientes a la hora de la impresión. Un grosor ‘cómodo’ para esta técnica de impresión es de 8 a 10 puntos, aunque tiene la capacidad de imprimir en cartulinas hasta de 14 puntos.

2 tipos de cartulina más usados para etiquetas

Sulfatada: La cartulina sulfatada o SBS (Solid Bleached Sulphate por sus siglas en inglés) está compuesta de fibras de alta resistencia, blancura y excelente recubrimiento. Garantiza una impresión de alta calidad y durabilidad, además de ser flexible y suave, es biodegradable, reciclable, es agradable al tacto y es vistoso. 

Gracias a estas características pueden aplicarse tintas especiales, estampados en caliente, barnizados y otros acabados; puede encontrarse a una o dos caras de impresión y tiene un precio competitivo. Este material suele ser muy utilizado para etiquetas de cartón, etiquetas colgantes para ropa y fajillas para alimentos.

Bristol: Este material adquiere el nombre de la ciudad inglesa donde inicialmente se manufacturaba este tipo de papel. En la actualidad se le suele acuñar al los papeles y cartulinas compuestos por varias capas de material. Este tipo de cartulina tiene dos cualidades principales: su rigidez y textura satinada.

Suele estar disponible de 2 a 4 capas y el grano puede ser medio o fino; tiene 4 acabados principales: vileta, suave, semi suave y satinado; su principal diferencia está en sus superficies. Entre sus múltiples usos destaca su uso en la elaboración de garantías y eficiencia.

Conclusiones

A pesar de que existen diferentes tipos de materiales en el mercado para la elaboración de etiquetas, las de cartulina son una buena alternativa de relación durabilidad, calidad y precio para diversos productos, ya que aportan vistosidad e incluso sensaciones al tacto que pueden ser llamativas para el cliente final, lo que representa una buena alternativa.